Buscando alivio para los cólicos de tu bebé

Escrito por Juan Camilo Bolívar
Asesorado por la Doctora Diana Salamanca
No hay aflicción mayor para una madre que el llanto inconsolable y conmovedor de su bebé, sobre todo cuando no hay una causa determinada que indique el porqué de las lágrimas y, por ende, tampoco una solución pronta y efectiva que evite el sufrimiento del niño.
Y una de las manifestaciones más frecuentes de tal situación sucede cuando aparecen los cólicos del lactante, que son dolores abdominales intensos que sufre el bebé, aproximadamente, entre las dos o tres semanas de nacido y los tres o cuatro meses de vida.

Generalmente se caracterizan por ser episodios largos de llanto que ocurren casi siempre a la misma hora y con dos o más horas de duración, sobre todo al caer la tarde y en la noche, cuando el recién nacido está más nervioso, agotado y cansado.
No todo llanto agudo y prolongado es consecuencia de un cólico, pero algunas señales que lo acompañan pueden indicarte que los padece, entre ellas: gritos fuertes, irritabilidad, dificultad para conciliar el sueño pero facilidad para despertarse, permanentes movimientos, encogimiento de piernas y cierre de puños, enrojecimiento, intranquilidad, rigidez de vientre, gases e inconvenientes para hacer popó
Aunque el cólico no es catalogado como enfermedad ni representa peligro para la vida de tu pequeño, si crees que lo tiene es necesario que consultes con el pediatra para descartar alguna afección o problema de salud e informarte de los pasos a seguir para apaciguar su sufrimiento. Por ningún motivo le suministres medicamentos antes de la cita con el especialista.

Medidas cuando aparecen
Si el pediatra confirma que el motivo de los reiterativos llantos de tu bebé son los cólicos, algunas pautas te serán de gran utilidad para tratar de reducir al máximo su dolor e impaciencia.


  • Analízalo. Todo bebé es diferente, motivo por el que es recomendable que consideres todas las posibles alternativas que puedan calmarle los cólicos y, dependiendo de sus reacciones, continuar con las que brinden resultados positivos. Por ejemplo, prueba con ruidos o silencio total, diferentes sonidos, lugares oscuros o con claridad, donde haya mucho movimiento o solo quietud, envolviéndolo en una manta suave y caliente o dejándolo destapado, etc.




  • Ponle música. Tal vez canciones de rock pesadas o estruendosas no constituyen la mejor opción, pero melodías clásicas o suaves o sonidos que representen elementos naturales como el canto de aves, cascadas o el mar, pueden ser efectivas para consolarlo y serenarlo, al igual que escuchar una canción interpretada por ti.




  • Demuéstrale tu afecto. Es probable que con solo tu amor no se le quite el cólico, pero alzarlo en tus brazos, llevarlo en una mochila portabebés manteniendo un contacto físico cercano y mecerlo o acariciarlo con cariño, son acciones que pueden indicarle que está acompañado y proporcionarle tranquilidad y mejoría, aunque sea momentáneamente.




  • Paséalo. No necesariamente tienes que salir de la casa. Con darle una vueltica en el coche por las habitaciones y corredores o, incluso, con moverlo en el mismo lugar es probable que se sienta mejor. Para algunos bebés no hay molestia que valga y con tan solo subirlos en el carro ya quedan “fundidos”.




  • Hazle masajes. Frota su espalda y su abdomen con aceite vegetal, con delicadeza y movimientos circulares en la misma dirección de las ajugas del reloj, también puedes ponerle pañitos o una bolsa de agua tibia en la barriga. Compleméntalos regalándole un momento de sosiego con un buen y relajante baño, pero asegúrate de que la temperatura sea ideal para él.




  • Cámbialo de espacios. Si tu bebé no para de llorar, intenta llevarlo a otro lugar. El escuchar otros sonidos, sentir aromas diferentes o ver personas y cosas novedosas tal vez lo distraigan.




  • Ensaya y varía posiciones. De esta manera encontrarás las más cómodas y las que le causan menos fastidio. En próximas ocasiones en las que le den cólicos sabrás si es mejor dejarlo boca arriba, alzarlo y mecerlo entre tus brazos o ponerlo de medio lado en la cuna, por nombrarte algunas opciones. Para facilitar la salida de gases es recomendable mantenerlo en posición vertical.





Tú también cuentas
Recuerda que no basta sólo con tomar medidas que beneficien al bebé. Tú también debes cuidarte, pues el periodo que duren los cólicos del lactante puede ocasionarte, además de la impotencia al verlo sufrir, estrés, angustia y desgaste tanto físico como mental.
Por eso es prudente que procedas con mucha paciencia y tranquilidad, que descanses periódicamente y que realices otras actividades como pasear o ir al cine con una gran amiga, dejando en esos momentos el cuidado del niño en manos de tu pareja, de un familiar o de una persona cercana y de confianza.
En cuanto a tu alimentación, si estás lactando evita ingerir productos estimulantes como el chocolate y la cafeína, lácteos enteros y alimentos que produzcan gases estomacales, entre ellos fríjoles, lechuga y brócoli.
BebésCamilo bolívarToysmart

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