La autonomía de tu bebé depende de varias etapas de su desarrollo que debe superar. Una de las más importantes es el gateo, una hazaña que regularmente suele ocurrir entre los 7 y los 10 meses, y que le permite desplazarse y explorar su entorno.
Antes de iniciar con el gateo, tu bebé tendrá que superar otras etapas de su desarrollo, como sostener la cabeza, levantar el tronco y arrastrarse, movimientos que hacen parte de su calendario madurativo y evolutivo, y que le permiten, hacia los 7 meses –a veces antes o después–, comenzar a desplazarse “a cuatro patas”.
¿Es importante que mi bebé gatee?
Sí, porque con los movimientos que realiza al gatear, tu hijo fortalecerá los músculos y articulaciones de brazos, piernas, espalda y cuello, y desarrollará correctamente su cerebro, lo que le permitirá tener una mejor visión, orientación, coordinación, equilibrio… aspectos todos fundamentales para que más adelante evolucione a otros de sus mayores progresos: ponerse de pie y caminar. Además, con el gateo:
- Explorará el mundo que lo rodea sin la dependencia de sus padres o cuidadores.
- Desarrollará mejor su habla, así como su motricidad fina (la que permite los movimientos pequeños y precisos), y la gruesa.
- Fijará con mayor precisión su futura lateralización, dependiendo de si tu hijo es diestro o zurdo.
¿Cómo llega al gateo?
Tras superar varias de sus proezas, igual de importantes en su desarrollo, comenzará a gatear. Durante sus primeras semanas deberá aprender a mover sus piernas y brazos por separado, más adelante, a levantar su cabeza, controlarla y sostenerla; a levantar su pecho, sosteniéndose en sus brazos; y hacia los 6 meses, a rodar, reptar o arrastrarse, impulsándose con uno o ambos brazos o con una o ambas piernas, con el propósito de alcanzar algún objeto que llame su atención; por último, a sentarse y a arrastrarse de manera cruzada (brazo derecho sincronizado con pierna izquierda y viceversa). Finalizadas todas estas lecciones, iniciará con el gateo porque descubrirá que puede estar en cuatro patas y empujarse con sus rodillas. Al principio, no tendrá la mejor técnica, pero al cumplir su primer año, gateará admirablemente.
Pero existe una salvedad, porque cada bebé adquiere su propio estilo y todos son normales. Entre los más comunes están: gatear hacia delante o hacia atrás, sostenido de manos y rodillas; desplazarse con una piernita doblada y otra estirada o ayudados de manos y pies y con el tronco levantado.
Movimientos de estimulación
Para impulsar a tu bebé a gatear, respetando su propio ritmo de evolución, estimula en él o en ella los siguientes movimientos:
- Como si fuera en bicicleta, muévele sus piernas simulando el pedaleo.
- Dóblale y extiéndele sus brazos sobre su pecho.
- Cuando esté despierto, acuéstalo boca abajo y con un objeto o sonido que llame su atención hazle levantar o girar su cabeza. Cuando ya tenga cierto control, muéstrale su juguete favorito y pónselo a cierta distancia para que se impulse hacia este. Existen maravillosos tapetes y gimnasios de bebé para esta actividad.
- Deja que tu bebé se mueva como quiera, porque estimularás su curiosidad y su deseo de explorar.
- Cuando comience gatear, deja que lo haga en el piso. Recuerda que su gran objetivo es aprender a movilizarse. Para evitar angustiarte, ponle un pantalón para proteger sus piernas y mantén el suelo limpio.
Asegura tu casa
El ejercicio ideal, que debes realizar antes de que tu bebé comience a gatear, es explorar tu casa desde esa posición; solo así podrás visualizar esos peligros con los que tu hijo tendrá contacto. Además:
- Nunca lo dejes solo.
- Instala barandas de seguridad en las escaleras y en las puertas de baños y cocina, ya que son lugares completamente prohibidos para los niños.
- Tapa las tomas eléctricas con protectores especiales y los cables de corriente deben quedar fuera de su alcance, con elementos de protección en el hogar.
- Por un tiempo, guarda los manteles. Tu hijo podría agarrarse de estos y, al jalarlos, perder el equilibrio y caer o golpearse con los objetos que tengas en la mesa.
- Cualquier objeto con el que pueda hacerse daño también debe guardarse (incluye las bolsas plásticas), así como los productos de limpieza, medicamentos y cualquier otra sustancia con la que pueda intoxicarse.
- Instala en las puertas topes de seguridad, para evitar que se cierren.
- Mantén las ventanas cerradas y con seguros.
- Asegura las lámparas, los televisores, los estantes y demás muebles, ya que tu hijo podría apoyarse en cualquier de estos objetos o en otros.